lunes, 14 de octubre de 2013


¿Por qué es importante que los niños practiquen la natación?
 
Nadar es uno de los deportes más completos que existen, según los especialistas. Además del gran número de músculos que interviene, el medio acuático es ideal para mantener sano el sistema cardiovascular, prácticamente a cualquier edad. En niños, además, regula el colesterol y previene la obesidad. A pesar de todo, actualmente sólo la practica el 8% de los niños.
Los médicos ya han explicado en infinidad de ocasiones los beneficios que tiene hacer ejercicio para los más pequeños. No obstante, siempre hay algunos deportes que son más completos que otros. En este sentido, la natación es uno de los más beneficiosos.
Los especialistas están de acuerdo en que la práctica de este deporte es beneficiosa para muchas partes del cuerpo, porque intervienen muchos grupos musculares. Además, es una buena forma de prevenir afecciones como la hipertensión arterial o el sobrepeso. Aquí, cabe recordar que un 80% de los niños que sufre obesidad la sufrirá también cuando sea adulto.
La natación también mantiene en estado saludable el sistema circulatorio, ya que ayuda a mantener un nivel sano de colesterol y evita la aparición de la arteriosclerosis. Pero los beneficios no acaban aquí. Incluso los niños que padecen diabetes pueden ver su metabolismo mejorado, ya que nadar reduce el nivel de glucosa en la sangre, y además, aumenta la eficacia de la insulina.
Por otra parte, la natación aporta todos los beneficios de todos los deportes, como una mejora de la respuesta cardiovascular ante el esfuerzo. Al tratarse de una disciplina deportiva muy técnica, la natación incrementa la flexibilidad, y favorece la coordinación y la agilidad. Finalmente, cabe destacar que nadar ayuda a la correcta estimulación de las personas con problemas neurológicos y parálisis cerebral.
No debe olvidarse que la natación, como la mayoría de los deportes, favorece la socialización. En este caso, con un añadido: los niños adquieren nociones y capacidad de salvamento. Cabe citar también que el uso del terno de baño o malla es una forma de autoaceptación, y también de respeto hacia los demás.
Las tres fases fundamentales por las que pasa todo niño para aprender a nadar son las siguientes:

1- Supervivencia. En este momento se enseña a los niños a familiarizarse con el agua, a respirar y, más adelante, a flotar. Cuando la confianza ya está bien afianzada, se enseña la propulsión por el medio acuático.

2- Autonomía. Aquí ya trabaja con desplazamientos, saltos y juegos en el agua.

3- Técnica. Se empieza a practicar la natación como disciplina deportiva. Se enseñan a los niños los diferentes estilos y modalidades de competición.

Para que tus hijos practiquen la natación, es suficiente con que tengas en cuenta las siguientes precauciones:
• La intensidad de las sesiones debe ir aumentando de forma progresiva.

• Lo ideal es ir practicando poco a poco hasta alcanzar las tres sesiones semanales de 30 minutos. El entrenamiento debe adaptarse siempre a la madurez física y psicológica de cada niño.

• Es imprescindible ducharse siempre antes y después de la sesión para lo cual los padres debemos ayudar a los niños en casa dejando que se bañen y vistan solos, asi conseguiremos que ellos sean independientes en su hogar y en otro entorno.

• Equipa a tu hijo con calzado adecuado para prevenir los hongos en las piscinas y las duchas. El gorro y las gafas son también herramientas imprescindibles.
 

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